sábado, 31 de octubre de 2009

Patrona de Narcos......................

Se ha escrito mucho sobre la Santa Muerte en México y también se ha filmado una película sobre la Santa Muerte. La Iglesia católica la rechaza y varios artículos y estudios afirman que es la protectora de delincuentes, asesinos y narcotraficantes, que se encomiendan a su protección. La Iglesia Mex-USA lo niega oficialmente, y en 2007 su arzobispo primado, David Romo, excomulgó a los fieles que participaran en actividades ilícitas.

"No puedo negar que entre los devotos haya narcotraficantes, drogadictos o asaltantes, pero tampoco podemos decir que sean exclusivos de la Santa Muerte; también hay personas de este tipo entre los fieles a la Virgen de Guadalupe", defiende el padre Manuel Bello, cabeza de la iglesia de Puebla.

Como argumento, recuerda el escándalo de las narcolimosnas: en 1997, un canónigo de la Basílica de Guadalupe, una de las más importantes de México, les echó la bronca a los fieles por no seguir el ejemplo de los narcotraficantes, que habían entregado sumas millonarias a la Iglesia Católica.

El vicario de Puebla también responde a las acusaciones que relacionan a la Santa Muerte con Jesús Malverde, el santo de los narcos en el norte de México. Una figura tampoco reconocida por la Iglesia católica a la que los traficantes rezan para que los ayude en sus entregas de droga y los proteja de las balas enemigas. "Hay demasiada gente mal informada, es obvio que ningún santo te va a brindar protección para realizar cosas malas".

Los expertos tienen otra opinión. Marisela Barbosa es una psicóloga mexicana que es parte de un equipo que realizó un estudio de la Santa Muerte publicado por la Universidad de Londres en México. Ellos documentaron la relación con los narcos y la gran cantidad de fieles a la Santa Muerte entre los presos del Reclusorio Norte, uno de los penales más poblados de América Latina: unos 10.000 internos. "Los reclusos jóvenes la han elegido como madrina protectora, por encontrarse en un lugar lleno de pecados".

Barbosa también asistió a una de las misas de la Santa Muerte. Una misa normal, salvo por el detalle de que, en un momento de la celebración, una persona se acercaba al altar y rociaba a la imagen con el humo de un cigarro de marihuana.

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